Desde catedrales hasta cónclaves papales: cómo las intrigas y conspiraciones del pasado resuenan en Los pilares de la tierra, el musical
La Historia medieval no solo se escribió con espadas y coronas, sino también con susurros en pasillos, traiciones silenciosas y conspiraciones que cambiaron el destino de reinos enteros. Lejos de quedarse en la ficción, estas intrigas fueron reales, brutales y cuidadosamente orquestadas. Algunas, como las que rodearon al arzobispo Becket, al papa Benedicto VI o a los Médici, siguen impactando por su audacia. En esa misma línea de poder y ambición se mueve Los pilares de la tierra, el musical, una épica producción de beon. Entertainment que revive el clima de tensión política, religiosa y personal en la Inglaterra del siglo XII.
Uno de los episodios más dramáticos de la historia eclesiástica fue el caso de Thomas Becket en el año 1170. Opositor al control de la realeza sobre la Iglesia, su muerte —a manos de cuatro caballeros partidarios del rey Enrique II— convirtió a Becket en mártir y a la catedral de Canterbury en un símbolo de resistencia religiosa. Décadas antes, en 974, el papa Benedicto VI fue estrangulado en el Castel Sant’Angelo por orden de facciones nobiliarias rivales en Roma. Fue reemplazado por Bonifacio VII, un antipapa apoyado por familias aristocráticas que usaban el papado como peón en su lucha por el poder urbano. Y en el Renacimiento temprano, la conjura de los Pazzi conmocionó a Florencia: un intento de asesinato simultáneo contra Lorenzo y Giuliano de Médici en plena misa dentro de la catedral. Solo Lorenzo sobrevivió; la represalia no se hizo esperar.
Estas tramas, aunque alejadas en tiempo y espacio de la ficción teatral, comparten un eje emocional y político similar al que recorre Los pilares de la tierra, el musical. La obra, basada en la novela de Ken Follett, gira en torno a las ambiciones cruzadas entre la Iglesia, la nobleza y el pueblo. Las conspiraciones en torno al hermano Philip o Waleran Bigod, aunque ficticias, evocan la intensidad y realismo de los conflictos históricos mencionados. La producción de beon. Entertainment convierte estas tensiones en espectáculo, sin perder la conexión con el trasfondo real de una Edad Media marcada por la lucha de poder.